La ingeniería genética agrupa el conjunto de técnicas utilizadas para dotar a las células vivas de nuevas propiedades, modificando su material genético. La ingeniería genética comenzó a principio de los años 70. Se puede modificar el genoma de un animal, una planta o un microorganismo, convirtiéndose en un organismo modificado genéticamente. A los animales o plantas modificados genéticamente se les da el nombre de organismos transgénicos. Ejemplos:
Planta transgénica: se le ha incorporado al genoma de una variedad de maíz un gen procedente de una bacteria capaz de fabricar una sustancia venenosa para los taladros (unas larvas de unas mariposas que los atacan). Las larvas mueren intoxicadas.
Animal transgénico: se ha patentado un salmón que crece entre 6 y 8 veces más en el mismo tiempo que uno normal.
Microorganismo: uno de los primeros resultados de la ingeniería genética se obtuvo de un microorganismo al que se le introdujo un gen para la fabricación de insulina.
Alimentos transgénicos son aquellos alimentos obtenidos a partir de un organismo modificado genéticamente. Proceden fundamentalmente de cultivos vegetales como el maíz, la soja, el algodón o la colza. La actual normativa obliga a que en el etiquetado se indique si el producto lleva OMG (organismos modificados genéticamente). Como, por ejemplo, si lleva maíz o aceite de maíz transgénico.
La utilización de los seres vivos o de sus productos con fines comerciales y/o industriales recibe el nombre de biotecnología. Abarca diferentes áreas:
Industria alimentaria: obtención de alimentos con características especiales, como cereales sin gluten, carnes pobres en colesterol, mejora en el proceso de fabricación de pan,…
Industria farmacéutica: producción de fármacos, vacunas, hormonas,…
Agricultura y ganadería: resistencia a plagas o mayor producción de leche o de carne.
Medio ambiente: plantas capaces de resistir la presencia de sustancias tóxicas, producción de combustibles biológicos,…
Investigación médica: obtención de clones para trasplantes para evitar el rechazo
Riesgos de la biotecnología
La pérdida de la diversidad genética. Además las plantas transgénicas pueden invadir los ecosistemas y desplazar a las plantas autóctonas.
El paso de los genes transferidos a otras especies silvestres o a los cultivos tradicionales. Podría surgir maleza resistente a los herbicidas o bacterias con genes resistentes a los antibióticos.
Efectos perjudiciales sobre la salud. Hasta ahora solamente se han descrito casos de alergias.